¿POTENCIAS O LIMITAS?

En la NASA hay un letrero que dice: «Está demostrado, que aerodinámicamente es imposible que el abejorro pueda volar, por su tamaño, su peso y la forma de su cuerpo. Solo que él no lo sabe.”

Hay muchas personas que a lo largo de la historia han desafiado los cánones marcados en cada disciplina. En el mundo deportivo, cultural, económico…Personas que han estado por encima de las creencias que los podían llegar a limitar, han hecho oídos sordos. Ha pesado más su actitud, su trabajo, su entusiasmo y el creer en ellos mismos.

• Albert Einstein. Empezó a hablar a los tres años, en el colegio era lento y no se adaptaba al sistema de enseñanza. Científico más conocido del siglo XX.
• Walt Disney. Le echaron del periódico en el que trabajaba por “falta de imaginación e ideas”. Fue capaz de crear a Mickey y compañia.
• Michael Jordan. apartado del equipo de baloncesto del instituto. Mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos.
• Harrison Ford. después de su primera película decepcionó al productor y le dijeron que seguramente no triunfaría. Tercer actor más taquillero de todos los tiempos.

Todos ellos son personajes conocidos de éxito. Pero hay miles y miles de historias de personas anónimas y con dificultades diversas, físicas, psíquicas, familiares, sociales, cuyo principal capital fue su actitud y creer en ellos mismos. Mira entre tu gente más cercana. ¿Se te ocurre alguien?.

Nuestras creencias se desarrollan a partir de las propias convicciones, influidas por factores externos y entorno social: amigos, familia, escuela.

Los alumnos, los hijos, se hacen un poco aquello que les vamos diciendo que son.

Es fundamental saber darles un feedback adecuado, ellos van construyendo sus creencias. No vale decirles por ejemplo, si no tienen muy buenas habilidades para un deporte, que van a ganar el oro olímpico, pero tampoco lo contrario.

El feedback debe ser siempre  ligeramente por encima de su umbral de desempeño,  para que vayan desarrollando sus capacidades de un modo progresivo para que sean capaces de tener siempre motivos para no parar de aprender y crecer.

No les cargues la mochila de piedras, no los limites. En ocasiones no somos conscientes de ello y oímos comentarios del tipo: «Mira fulanito que bien juega al fútbol y que bien va en el cole», «Mira el primo que bien se porta», «Como sigas así no lo vas a conseguir nunca»…

El cerebro de los niños es un lienzo en blanco, ofrezcámosles pinturas de colores, no le ofrezcamos pinturas monocromáticas. Guiémosles dentro de los márgenes del lienzo, pero dejémosles que vayan desarrollando su potencial.

Don Santiago Ramón y Cajal, premio nobel de medicina, decía  «Somos los arquitectos de nuestro propio cerebro». Cuantos más estímulos le proporcionemos a los alumnos y más variados, aunque nos parezcan a veces extravagantes, mas conexiones neuronales.

Somos fundamentales las familias y los docentes en guiar a los alumnos a construir sus creencias. Es fundamental nuestra metodología y dedicación, a veces no es fácil, pero puede llegar a convertirse en un reto emocionante y divertido, todo depende del cómo.

No eduquemos niños alienados, dejemos que desarrollen su potencial.

Usemos bien el lenguaje.  El lenguaje es «transformacional».  Les condiciona para crear su realidad, influye sobre sus emociones y les ayuda a construir sus creencias sobre ellos mismos y sobre los demás.

Cuidemos lo que hablemos delante de ellos, sobre la familia, sus maestros, sus amigos… ya que les condicionará para construir sus creencias. Y sobre todo escuchémosles y demosles la oportunidad de expresarse.

Facilitemos la labor tanto desde dentro, como desde fuera de los centros educativos, a los docentes que están dispuestos a mejorar, a crear a innovar, a aprender…no los limitemos, no les pongamos zancadillas, no los desmotivemos y apoyémoslos. Cada vez hay mejores docentes.

No reconocer la labor del docente, es apagar poco a poco su entusiasmo. No potenciar las habilidades de los niños es apagar poco a poco a la sociedad.